Sexo adolescente: más informados, los chicos siguen corriendo riesgos
Disminuyó el uso del preservativo y creció el de la píldora del día después, que no los protege contra las enfermedades de transmisión sexual
Aunque considerada por los especialistas como la generación que dispone de más información en materia de cuestiones sexuales y de género, los adolescentes de hoy siguen exponiéndose a riesgos innecesarios a la hora de iniciarse en la vida sexual. Así surge de dos estudios conocidos esta semana, uno de alcance nacional y otro provincial que muestran que los adolescentes tienen información sobre cuestiones sexuales, pero no siempre la ponen en práctica de la manera adecuada.
Esta situación se da en el marco de un despertar, que actualmente se produce en la región entre los 13 y los 14 años, a una sexualidad que es vivida con mayor naturalidad que en generaciones pasadas.
Con todo, y a pesar de que en el inicio de las relaciones las nuevas tecnologías cumplen un papel especial y van desplazando a otras formas de encuentro, como los boliches bailables, eso no impide que paralelamente al manejo de sofisticadas aplicaciones de smartphones y redes sociales, los chicos mantengan vivos numerosos mitos relacionados con la vida sexual.
Por otra parte, las cifras del embarazo adolescente siguen subiendo en la Región, una situación que se vincula “antes a razones culturales y sociales que a la falta de conocimiento en materia de sexualidad”, según indicaron a este diario fuentes del ministerio de Salud de la Provincia (ver gráfico).
Los mismos especialistas destacan que las leyes de Educación Sexual Integral y la 13.066 de creación del Programa Provincial de Salud Reproductiva y Procreación Responsables convirtieron a los actuales adolescentes en mucho más informados si se los compara con generaciones anteriores. Pero también destacan que la calidad de la información que reciben es diversa y pocas veces es mediatizada por los adultos. En parte, porque la ley de Educación Sexual Integral tiene un cumplimiento desparejo y en muchas escuelas la educación sexual es insuficiente o no se brinda.
Hay otros aspectos que preocupan y uno de ellos es la visión que los chicos tienen de las enfermedades de transmisión sexual, especialmente el Sida. A diferencia de generaciones anteriores, los actuales adolescentes no tienen referentes públicos o cercanos que luchen contra la enfermedad. A eso se suma la discontinuación de las campañas que promovían el uso del preservativo y los avances médicos que lograron la cronificación de la enfermedad, para generar una mayor despreocupación de los chicos frente a este problema.
Esta es uno de los principales datos que surgen de uno de los estudios, una investigación comparada que hicieron sociólogos del Instituto Gino Germani de la Univesidad de Buenos Aires que buscaba indagar en los cambios en la sexualidad adolescente en los últimos siete años. Uno de los objetivos era medir el impacto de leyes y políticas de salud sexual y reproductiva recientes en la cultura juvenil.
Los investigadores compararon una investigación de 2005 y otra de 2012, ambas basadas en encuestas autoadministradas hechas a alrededor de 6.000 jóvenes cada una, todos ellos alumnos secundarios de segundo a quinto año de escuelas públicas de todo el país.
Según el estudio, en el lapso estudiado se triplicó el número de adolescentes que usan la píldora del día después, mientras paralelamente se redujo un 10% el uso del preservativo.
Los datos revelaron que sólo seis de cada diez adolescentes usaron preservativo en su último encuentro sexual , mientras casi cuatro de cada diez chicas consultadas dijeron haber utilizado alguna vez la píldora del día después.
Los autores del estudio dedujeron de estos datos que los adolescentes le temen más al embarazo que al VIH y a las enfermedades de transmisión sexual y eso incide más en la forma de cuidarse en el inicio de la vida sexual.
Y lo atribuyeron, entre otras causas a que se discontinuaron las campañas de promoción de uso del preservativo y que se instaló la idea de que el Sida es una enfermedad crónica.
También habría incidido el hecho de que el nivel de contagio y difusión de la enfermedad haya sido inferior al vaticinado.
El relevamiento indicó que uno de cada seis adolescentes consultados ya mantuvo relaciones sexuales. El 44% antes de los 16 años. En 2005 el 52% de los estudiantes había tenido relaciones y sólo el 39% de los menores de 16 años lo habían hecho. Ahora, el inicio, ocurre casi al inicio de la adolescencia. Paralelamente detectaron un incremento de la cantidad de chicas que a los 14 años ya habían mantenido relaciones sexuales.
Los datos revelaron a su vez que la no utilización de preservativos en aquellos que tienen parejas esporádicas alcanza al 30% del nivel total de la muestra. Entre los que dijeron haberlo usado en la última relación, el uso general del método fue esporádico.
Los adolescentes actuales, una vez iniciados sexualmente, mantienen relaciones sexuales más frecuentes que generaciones anteriores
Entre ellos, dice el estudio, subsisten mitos como “la primera vez no te embarazás”.
Todavía un 8% de los chicos no se cuida de ninguna forma y sólo el 6% practica el coitus interruptus, el método menos eficaz.
Marisa Matia, coordinadora del programa de Salud Reproductiva y procreación Responsable del Ministerio de Salud , indicó que una de las tendencias salientes de la presente generación de adolescentes es que se encuentran informados sobre cuestiones relativas a derechos sexuales y reproductivos, así como también tienen conocimiento de los diversos métodos anticonceptivos y su distribución.
Matia admite, no obstante que en muchos casos los chicos reciben mucha información de distintas fuentes, poco mediatizada por los adultos, que deberían ayudar a que el chico la procese. Y cree que el gran déficit en la materia es el papel de la escuela, dado que “la ley de Educación Sexual Integral no se cumple en todas las escuelas”.
Los datos preliminares de una encuesta desarrollada por esa dependencia sobre 548 adolescentes de la Provincia con una edad promedio de 16 años hablan de chicos que manejan más información que otras generaciones.
Así, los chicos consultados eligieron correctamente como opción verdadera a la que dice que el preservativo es la forma de prevenir a la vez enfermedades de transmisión sexual y embarazo (77%), 98% dijo conocer los métodos anticonceptivos existentes, 97,7% dijo que la mejor forma de evitar las enfermedades de transmisión sexual es utilizando el preservativo en toda la relación y 67,90% consideró verdadero que existe una pastilla llamada del día después que se usa cuando falló el anticonceptivo y al que consideraron el único método para prevenir un embarazo después de haber tenido una relación sin protección.
El trabajo concluye observando que en términos generales los adolescentes se encuentran informados y postula que “quizás debamos replantarnos si las conductas reproductivas poco cuidadosas, además de deberse a características familiares y educativas , pueden atribuirse a su visión de las relaciones entre los géneros, sus proyectos de vida o la falta de ellos. En diversos estudios se ha planteado que los embarazos adolescentes han dejado de considerarse como un problema sanitario, para comenzar a abordarlos desde una perspectiva cultural-antropológica-social, en el que se discuta el fenómeno del embarazo adolescente relacionado a cuestiones mas de tipo familiar como pérdidas de seres queridos o ´para no sentirse sola´, o bien sino que la pareja considera que hace un tiempo prudente que están juntos y deciden buscar un hijo. Por otro lado, también se lo puede abordar por la falta de proyectos laborales y educativos, exponiendo a los jóvenes de clase baja a un mayor riesgo de embarazo temprano”.
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