Los músicos que le cantan al barrio, las prostitutas y la noche grabaron su disco en una clínica de rehabilitación para adictos. Pero ahora se quieren rescatar...
En plan bukowskiano, los músicos de Tan Biónica exponen sus miserias a través de las canciones. Madrugadas de locura, excesos y soledad. El infierno está encantador. "Estamos decididamente del lado del fracaso y de la vereda de la tristeza", sostienen. "Tenemos historias parecidas, venimos de familias disfuncionales, somos todos hijos de padres separados". Para contrarrestar tanto pesimismo, la banda somatiza un combo de rock, pop, funk y electrónica. Aunque también tienen affaires con la cumbia. "Tenemos un costado grasa. Una vez cerramos un show con La Ventanita. Casi nos echan a patadas", evocan.
-¿Vienen a reivindicar a Vilma Palma e Vampiros?
-Sí, totalmente. Son un referente para nosotros. Tenemos una frase de un tema que dice "tengo tickets para trasnochar", es un mínimo homenaje.
El primer EP de Tan Biónica fue Wonderful Noches (2003). "Lo grabamos en una situación caótica, miserable por momentos. Laburamos en una casa chorizo de La Paternal, donde había personas muy insanas mentalmente. El disco se hacía en conflicto permanente". El título fue una declaración de principios: "Le rendíamos culto a la noche, a la pista de baile y al reviente, hasta que fuimos castigados". ¿Qué pasó? La grabación del disco siguiente, Canciones del huracán (2007), encontró al cantante del grupo internado en un centro de rehabilitación anti-drogas. A lo Pete Doherty, estuvo yendo de la clínica al estudio, y del estudio a la clínica. Según relata el propio Chano (26), "fue una experiencia de terror, estuve 8 meses con 30 locos que estábamos desesperadamente solos y desesperadamente enfermos. Una vez por semana los pibes me venían a visitar con galletitas y Coca... Coca-cola, eh".
-¿Ahora estás más rescatado?
-No, esto es una lucha diaria. Y horaria (risas). Ahora trato de irme a dormir sin drogarme. Soy un tipo apasionado, me gustan mucho el barrio, las prostitutas y la noche. Necesito que la vida me pegue, necesito encontrarle un efecto a las cosas.
Sus compañeros apoyaron el tratamiento y hoy, remarcan, ya no quieren hacer apología en sus letras: "Al mundo no le fue muy bien con gente que le canta a la falopa. Si querés drogarte, hacelo de las puertas de tu casa para adentro, no le metas esas ideas al público. Nosotros no fomentamos la fisura, no queremos que la gente incurra en los mismos padecimientos. No queremos terminar como el Pity".
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