La economía mexicana pasa por momentos difíciles. EL Gobierno toma decisiones rápidas para evitar problemas mayores, pero el bolsillo de los mexicanos resiente las consecuencias.
Los pilares sobre los que se sostiene una economía sana, fuerte y estable sufren los golpes de factores diversos que afectan las finanzas personales de millones de personas en México.
El peso mexicano ha perdido terreno frente al dólar estadounidense, los precios del petróleo se derrumbaron a nivel mundial, la inflación y el bajo crecimiento de la economía son los temas que más preocupan.
Sin embargo, el Producto Interno Bruto (PIB) no crece lo suficiente durante los últimos 24 meses. No rebasa el 1,8 por ciento y esto impacta en la calidad de vida de los mexicanos.
Entre los ciudadanos también hay preocupaciones serias. Existe la percepción de que el dinero alcanza menos cada quincena para comprar lo básico para vivir.
El Gobierno tomó cartas en el asunto prácticamente desde el principio de su Administración. Las reformas estructurales como la educativa, fiscal y energética fueron vendidas como las reactivadoras de la economía. Sin embargo, como los resultados serán a mediano y largo plazo, aun no generan optimismo entre la población económicamente activa.
Hasta el momento, el gabinete económico mexicano ha reaccionado con prontitud ante los cambios y vaivenes de la economía internacional, sin embargo, las decisiones que se tomen en este 2015 podrían ser cruciales para lo que resta del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto.
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