El peronismo vive días de euforia. El debate en La Cámpora lo ganaron quienes apuestan a ganar las elecciones del 2015 y ya nadie hace cuestionamientos a los jefes territoriales del Conurbano: "Estamos en la etapa del pragmatismo electoral, ya no hay control ideológico" declaró –feliz– a Infobae uno de ellos. El primer beneficiado, claro, es Daniel Scioli, el único candidato a presidente por el Frente para la Victoria (FpV) que tiene la chance de ganar votos por fuera del kirchnerismo y confianza en espacios remisos al Gobierno, como el empresariado local, agobiado por cuatro años de recesión.
Precisamente, el Conurbano es el eje de la estrategia, donde se registran los índices más altos de pobreza del país y la oposición tiene mayores dificultades de instalar a sus candidatos, con intendentes que gobiernan sus distritos hace 15 años, promedio. Hasta allí, "baja" toda la oferta que tienen los gobiernos nacional y provincial para los más necesitados, desde una Unidad de Pronta Atención (UPA), que acerca la atención sanitaria y de la que se van a inaugurar cuatro solamente en el oeste del Conurbano hasta las elecciones (José C. Paz, Hurlingham, Moreno y Tres de Febrero), pasando por los Colectivos Culturales, un Centro de Adicciones del Sedronar, alguna nueva universidad votada por el Congreso y, todo eso, sin contabilizar las efectividades conducentes que llegarán más cerca de la fecha electoral.
El modelo kirchnerista para ganar elecciones en el Conurbano se completa con lo que ya algunos llaman "el shopping de la Anses", que reparte desde asignaciones universales por hijo o embarazo (AUH), netbooks (Conectar Igualdad), planes para estudiantes (Progresar), créditos para vivienda (Procrear), tarjetas de préstamo y beneficios (Argenta), más otros programas como el Ayuda para Inundados, Bienestar para Nuestra Gente (dirigido a pueblos indígenas) y Hogar (para los que necesitan garrafas), entre otros programas del organismo que lidera Diego Bossio, aspirante a gobernar la provincia de Buenos Aires.
Y algo más. Una política macroeconómica sustentable al objetivo de continuar en el poder, o sea, un Estado que promueve el consumo sin importar la inflación y la falta de inversión, porque, como dice nuestra bien hablada Presidenta, "es el Estado el que derrama, y no los privados, que se la llevaron en pala y ahora no quieren traerla para invertir".
El Conurbano es el eje de la estrategia. Allí "bajan" toda su oferta los gobiernos nacional y provincial
El jefe de la estrategia es el secretario general de la Presidencia de la Nación. Se llama Eduardo "Wado" De Pedro, que le ganó la partida al diputado Andrés Larroque, el menos peronista de la agrupación, quien prefería "perder" con candidatos propios para volver en el 2019, como Carlos Zannini. "Wado", por el contrario, logró convencer a Cristina de la necesidad de volver a ganar, conduciendo al peronismo hacia una nueva nueva victoria, y rodeando a Scioli antes, durante y después de logrado el triunfo.
"Lo que los despertó fue Nisman", dice un hombre de la Tercera Sección Electoral, de buen diálogo con La Cámpora en Diputados. "Con la rebelión que se armó en la Justicia, que empezó a acorralarlos antes de entregar el poder, se dieron cuenta que la única que les quedaba era ganar." Y agrega: "'Wado' es el más fundamentalista, atiende a todos, como lo hacía Néstor, y tampoco le hace asco a nada. Como Néstor, tiene el plan de quedarse para siempre en el poder".
Tanto creció Wado, que ya se lo menciona como candidato para acompañar a Scioli en la fórmula, en lugar del ministro Axel Kicillof, considerado por los peronistas como un piantavotos a la hora de defender las políticas del Gobierno. "Lo que se necesita son tipos moderados, amables, tranquilos, que no espanten. Cada vez que habla Axel, la gente sale para otro lado", explica.
Agradecido como está por los servicios que sorpresivamente le viene prestando, el peronismo vería con agrado que "Wado" sea el candidato a vicepresidente. Aunque otra fuente, tal vez mejor informada, asegura que "'Wado' considera la vicepresidencia como un cargo al pedo (sic), dice que para gobernar la Argentina se necesita dominar la provincia de Buenos Aires y tener el control del Congreso, no le interesa un lugar donde no se maneja nada". Definitivamente, "Wado" es un kirchnerista de pura cepa.
Son decenas los massistas que otean el horizonte kirchnerista para volver al kirchnerismo
En concreto, el plan es llevar a Scioli a la Presidencia y a Cristina Fernández de Kirchner –o a Máximo Kirchner, aunque hay dudas de su eficacia– a la presidencia de la Cámara de Diputados. De ese modo, no sólo se tendría control del Legislativo, sino que un Kirchner estaría en la línea de sucesión presidencial. El candidato de La Cámpora para gobernar Buenos Aires es Julián Domínguez, así "cierran con el Papa". Lo que se dice, un plan perfecto.
El pragmatismo domina de tal modo a la gran familia presidencial en el Gobierno que, incluso, le perdonaron las osadías a Marcelo Tinelli, y –se cuenta– Máximo le echó la culpa de todas las desinteligencias al ex Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Total, ya no está para defenderse y pelea por su futuro político en la intendencia de Resistencia.
La discusión aún no está saldada es qué hacer con Sergio Massa. ¿Le sacan toda la gente o lo dejan vivo? Desde Darío Giustozzi hasta Gabriel Katopodis, son decenas los massistas que otean el horizonte kirchnerista para volver. A muchos, la sola idea de comérselo a Massa de a bocados
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