Más de un centenar de fieles católicos se unió a la procesión del Domingo de Ramos, celebración con la que recuerdan la entrada de Cristo a Jerusalén y con la que además se da inicio a la Semana Santa, que culmina con el triduo pascual: Su Pasión, su Muerte y su Resurrección.
El punto de encuentro fue la Plaza Mayor como desde el 2013, ya que anteriormente partía de la Alameda Zaragoza, pero el destino fue el mismo: La Catedral de Nuestra Señora del Carmen.
En este lugar, el obispo, José Guadalupe Galván Galindo, acompañado por el vicario general de la Diócesis, José Luis Escamilla, quien además es el administrador interino del Cristo de las Noas, realizó una reflexión sobre esta celebración.
Reflexión
"Conmemoramos la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén cuando fue aclamado como rey, y la liturgia de todo este día (domingo) nos presenta estos dos momentos de Jesucristo, su triunfo, pero a través de la humillación a través de la cruz para prepararnos así para el próximo domingo a su resurrección", explicó el obispo.
Al final realizó la bendición de los ramos de los presentes, la cual, de acuerdo con Galván Galindo, "el llevar un ramo y conservarlo en nuestras casas es un signo que nos recuerda nuestra adhesión a Cristo, al reconocer que es el Señor, que lo tenemos en el centro de nuestras vidas, en el centro de nuestras familias; de tal manera que el decir ¡viva Cristo Rey! quiere decir, conocemos a Jesús, lo amamos y estamos dispuestos a seguir el evangelio".
El tema central de la Semana Santa será el de "ámense los unos a los otros como yo los he amado", es decir, el amor hacia los demás será el signo central.
h3>Llamado
Ante los atracos y daños de los que han sido víctimas los templos, el obispo invitó a "los buenos a que cuiden las iglesias y a los malos a que respeten esos lugares religiosos".
via La i Laguna, El Siglo de Torreón http://ift.tt/1CDmmvA
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