Me lo pusieron de pibito. Mi madre me pelaba con la maquinita, casi a cero. “Así te reforzás el cabello”, me decía… y a los 26 años quedé calvo (risas). Todos me decían Bocha. Y quedó, salvo en Italia, donde siempre me llamaron Humberto.
2 ¿Y Dionisio?
Hay una anécdota triste detrás del nombre. Mi mamá tenía dos hermanas, y un hermano que se llamaba Dionisio. Siete meses antes de que yo naciera, a Dionisio lo mató su mejor amigo. No sabemos por qué, porque nunca quisieron hablar del tema. El amigo fue a la cárcel y se murió de pena a los pocos meses. La casualidad quiso que al año siguiente, en 1933, mi mamá y sus dos hermanas tuvieran hijos. Y a los tres nos pusieron Dionisio. En enero nació mi primo, Osvaldo Dionisio; en febrero llegué yo; y en marzo, Andrés Dionisio. Increíble, ¿no? Y Dionisio, en la mitología griega, es el dios del vino.
3 ¿Le hacía honor al nombre?
Noooo, yo empecé a tomar vino en Italia y los muchachos me querían matar porque le ponía soda. De pibe tomábamos vermouth.
4 Usted fue uno de los primeros en usar peluquín, un precursor de los que aparecen hoy en publicidades.
En 1973 dirigía a Independiente y Pavoni y Raimondo usaban peluquín. “Maestro, pruebe que le va a quedar fenómeno”, me decían. Me hincharon tanto que les hice caso: te hacían una peluca y la entretejían con tu pelo. Una vez por mes tenía que hacer el service, porque el pelo crecía y se aflojaba. Esperaba cinco horas. Un martirio.
5 ¿Cuánto tiempo lo usó?
Desde el 73 hasta el 95. Con ganchitos, lo usaba. Una vez, dirigiendo en Ecuador, con 43 años, me gustaba jugar picados. Vino un centro y cabeceé: la pelota fue para un lado y el peluquín para el otro, no sabía qué agarrar primero. Se reían todos. En 1995, cuando vine a Racing como espía de rivales con Brindisi, vivía en casa de mi hermana. Me levanté una mañana sin el peluquín y les pregunté a mi sobrinas cómo me quedaba. “Tío, no te pongas nunca más esa porquería”, me contestaron. No me la puse más.
6 ¿De quién era hincha, de chico?
De River. Mi padre jugó en la intermedia de River, pero después unos tíos de Racing me empezaron a llevar a verlo y me hice fana de Racing.
7 ¿Su padre jugó en Primera?
Acá no, en Italia. Se tuvo que ir a Europa a buscar a las hermanas, porque mi abuelo había venido con los hijos mayores nada más. Yo estoy acá de suerte: cuando mi padre fue a buscar a las hermanas, se quedó a jugar en la Sampdoria y el que las trajo fue el tío de mi padre. El barco en el que venían se hundió cerca de la costa de Brasil, la famosa tragedia del Mafalda, en 1909. “Mujeres y niños primero”, era el lema. Mis tías se salvaron, pero el hermano de mi abuelo se murió. Mi padre se quedó a terminar el año y recién ahí volvió. Se salvó por el fútbol.
8 ¿Quién era su ídolo? Alfredo Di Stéfano. En Europa jugué 2 o 3 veces contra él y después del partido nos invitaba a comer. Un señorazo. Yo no era amigo de él, pero durante el partido me decía: “Te espero después a comer, Bocha”. Un fenómeno, Alfredo.
9 ¿Cómo es hoy un día en su vida?
Trabajo en Racing, en Relaciones Públicas. No tengo horario, pero voy todas las mañanas. Estamos con Martín y el Chango (Cárdenas). Molina no nos puso un horario, estuvo muy atento. Llevamos a la gente a ver la cancha, vamos a las filiales del Interior, la gente nos pregunta. Y todas las tardes vengo a este bar, Pertutti, en el corazón de Avellaneda, donde me veo con mi grupo de amigos, todos de Racing.
10 ¿Juegan a las cartas? Ningún juego, conversamos varias horas, el gran tema que acapara todo es Racing, claro.
11 ¿Con quién vive? Solo. Tengo dos hijos en Córdoba y un nietito. Mis hijos son jóvenes, de 25 y 27 años, del segundo matrimonio.
12 Tiene varios matrimonios, ¿no?
Dos, tampoco exageremos. Dos matrimonios finiquitados. Mi primera esposa era italiana y murió; la segunda es cordobesa. Llevamos 20 años separados y 20 años pasando las navidades juntos. Con ella y con mis hijos.
13 ¿Por qué se separó si se llevaba tan bien?
Cosas de la vida. Duré 13 años. Un día me preguntó: “Humberto, ¿vos lo querés más a Racing que a mí, no?”. Yo fui sincero: “La verdad, te quiero igual”. Pero se lo dije de corazón, como diciéndole “Te amo”, porque yo a Racing lo amo. Lo tomó mal. Después lo analicé y por ahí tenía razón, comparar un club con una mujer es duro. Le llevo más de 20 años de edad, supongo que también me separé por eso.
14 ¿Sigue yendo a la cancha?
Fui hasta hace unos meses, ahora no puedo por la rodilla, me duele terriblemente cuando bajo los escalones. Me voy a poner una prótesis. “Te voy a enderezar las piernas, y te va a cambiar la vida”, me dijo el médico. Hasta este problema iba siempre, de local y visitante. Ya voy a volver.
15 ¿Se junta con sus excompañeros de Racing?
En la cancha nos veíamos con varios. Nos juntamos seguido con el Chango, Martinoli, Rulli, que viene desde La Plata, y Pizzuti, que tiene más de 80 y sube las escaleras corriendo. Perfumo y Basile casi no vienen por sus obligaciones. Y Cejas, lamentablemente, está en un geriátrico hace unos años. Tiene mal de Alzheimer, pobrecito. ¡Y es el más joven, cumplió 66 años el 22 de marzo! Lo vamos a visitar, pero ya no nos reconoce. No reconoce a las hijas. Nos da pena ir a verlo.
16 ¡Cómo perdura esa relación en el tiempo! En el fútbol, la mayoría deja de verse.
Quizás se dio porque desde un principio hubo hinchas de Racing que se preocuparon por reunirnos en los aniversarios. Y porque somos un club que ganó poco desde el 67.
17 ¿Cómo era una semana de entrenamiento en los 50?
Muy livianita. Se entrenaba tres días: lunes, martes y viernes. A la tarde. El viernes, el técnico daba el equipo. No nos concentrábamos, nos juntábamos antes del partido. No hacíamos pretemporada; de hecho, cuando fui a Italia me costó mucho ese tema. Ibamos a comer a la casa de uno u otro y hablábamos todo el tiempo de fútbol.
18 ¿Cómo jugaban los Carasucias de Lima?
Toda la gente recuerda ese equipo pero en la Argentina nadie nos vio jugar. Antes del Sudamericano hicimos tres amistosos con equipos del Interior y ganamos por goleada. El último fue contra Huracán. En Perú jugamos 6 partidos, que no se daban por tele, y listo, nunca más. Nadie de acá nos vio jugar.
19 Se derriba el mito del trabajo de los entrenadores: ese equipo se armó sobre la marcha.
Puede ser. Stábile era un tipo que elegía bien, como Labruna. No teníamos profe, él hacía todo, mucho trabajo con pelota. Poco de táctica, poco de tiros libres, como era antes, y te daba amplia libertad.
20 ¿Quién era el mejor?
Corbatta y Sívori sobresalían por su habilidad. Angelillo y yo éramos simples, dos goleadores: de hecho yo metí 9 goles en el torneo; y él, 8. Sívori era un genio, nuestro Maradona. Con Angelillo y Dellacha compartíamos la habitación 348 en Lima, no me olvido más (Aclaración: ¡y encima dice que tiene mala memoria!). Pipo Rossi nos mandaba a todos: “Corbatta, vení al lado mío; Bocha, bajá para acá”. Nos quería a todos al lado de él para no tener que correr (risas). Los referís eran ingleses y Pipo los puteaba en castellano. Nos hacía reír.
21 ¿Se siente responsable del desastre de Suecia 58?
No, si nosotros tres queríamos jugar. A nosotros nos vendieron al regreso de Lima, en 1957, y no nos citaron más a la Selección. No sé por qué. Me dolió en ese momento, pero no me dio bronca.
22 Con usted, Angelillo y Sívori, ¿Argentina hubiera ganado su primer Mundial en 1958?
También estaba Rogelio Domínguez en el Real Madrid. En el Sudamericano le ganamos 3-0 al Brasil que fue campeón del mundo un año después. Era el mismo Brasil sin Pelé, así que podríamos haber andado bien. Tampoco nos llamó Lorenzo para el Mundial 62, entonces Angelillo jugó las Eliminatorias para Italia, Sívori algunos amistosos y a mí me llamaron sobre la hora porque se había lesionado el 8, Giampiero Boniperti, que después fue presidente de la Juventus. En total jugué 5 partidos para Italia. De Argentina nunca me llamaron.
23 ¿Por qué cree que no lo llamaron a usted ni a Sívori ni a Angelillo?
Colombo, el presidente de la AFA, dijo en 1958: “En la Argentina tenemos mejores jugadores que los que hay en Italia”. Nunca hablamos entre nosotros del tema, y eso que nos quedábamos a dormir en las casas del otro. Se respetaba mucho al que jugaba en la Argentina.
24 Si seguía en la Selección, Batistuta era un poroto. Tengo un buen promedio: 12 goles en 12 partidos. Pero eran otros tiempos.
25 Cuando le ofrecieron jugar para Italia, ¿no sentía que traicionaba a su país?
Nunca lo pensé como una traición, para nada. Me agradó el gesto de Italia y acepté. Aparte, de la Argentina nunca me llamaron.
26 ¿Por qué se armó la “batalla de Santiago”?
El mal clima lo creó un periodista italiano hablando de la pobreza que había en Chile. Los chilenos lo tomaron mal. Estábamos concentrados, pasaban los camiones y nos decían de todo. Muchos italianos con negocios en Chile tuvieron que cerrarlos. El partido fue una batalla. El referí era un inglés sinvergüenza que nos vendió: a los 9 minutos nos echó a Ferrini por un foul normal; y a los 40, a David. Jugamos con 9 casi todo el partido. Ibamos 0-0 y nos metieron los dos goles al final.
27 Usted cobró.
A mí me rompieron la nariz a los 20 minutos. Había caído un compañero, lo rodeamos y me sirvió de atrás Leonel Sánchez. Caí, no pude reaccionar. El árbitro no lo vio; el linesman, tampoco, así que jugué todo el partido con la nariz rota y con un esguince de tobillo, porque no había cambios en ese momento. “Vendido, vos tenés que estar en Rancagua”, me hablaban los chilenos. Rancagua era la sede de Argentina.
28 ¿Con qué club se lo identifica más en Italia?
Con el Atalanta. En 2007 me invitaron por el Centenario y me eligieron como el mejor volante de la historia. Entramos vestidos con la camiseta con el número 100 atrás. Estuve tres años en el Atalanta, mis mejores años.
29 ¿En el Bologna lo tenían cortito?
Sí, después de cenar teníamos que pasar por la sede para firmar y después ir a una pensión a dormir todos los solteros.
30 ¿Qué cosas guarda con orgullo?
Cartas de agradecimiento. Cuando me retiré, les mandé una carta a todos los clubes donde jugué y también a la Federación Italiana. Fue una muy buena idea de mi mujer. Y todos me respondieron. La Federación también me mandó una medalla. En el Atalanta me dijeron que había sido el primero en mandar una carta de ese tipo.
31 Cuando se cruza con jugadores en Racing, ¿alguno tiene idea de quién fue?
Sí, sí, voy seguido al vestuario a saludar y a buscar que me firmen una camiseta y ahí me preguntan. El otro día, Gio y Teo me dijeron que yo había jugado algunos partidos en Colombia. El que preguntaba mucho era el arquero Fernández, el paraguayo, quería saber de Racing, cómo era en mi tiempo, se quería ilustrar, ¡mirá qué lindo! Con Ubeda, Teté Quiroz y el Mago Capria hablaba mucho, buenos chicos.
32 Cuando usted empezaba, ¿se acercaba a los más grandes?
Los campeones del 49-51 fueron un ejemplo. Hablaban todo el tiempo de fútbol, terminaban la práctica y se iban a tomar un café con Tita y a seguir hablando de fútbol. Se iba el entrenador y se quedaban jugando. Cuando éramos locales, después de los partidos, se juntaban en la cortada Carabelas a cenar. Iban dirigentes, periodistas, jugadores y nos invitaban a mí y al Polaco Cap, que éramos los más pibes, y después nos ponían en un taxi y nos mandaban a casa. Ellos seguían de joda, pero a nosotros nos cuidaban.
33 El mejor amigo del fútbol.
Cejas fue mi mejor amigo, Pizzuti también, con Rulli nos hicimos amigos de grande, lo mismo que con el Chango y con Martín.
34 Entonces usted jugaba porque era amigo del técnico.
Y, sí, yo jugaba con ventaja (risas). A Pizzuti lo conocía del barrio. Cuando me fui a Italia nos carteábamos. A José todos lo tratábamos de usted, después cuando lo visitaba en la casa o él venía a la mía, ahí sí nos tuteábamos. Pero me hacía pagar las multas como a cualquiera, ¡eh!
35 ¿Qué hacía con lo recaudado?
Hacía un pozo, a fin de mes nos comíamos un par de asados; y con el resto, comprábamos juguetes para niños pobres y los regalábamos. Nunca divulgamos esas cosas.
36 ¿Es cierto que les mandaba espías a sus casas? Era bravo. Los viernes a la noche no podías salir, en algún momento te mandaban la guardia, dos custodios, y teníamos que firmar. Una noche salí a comprar la sexta a la estación, en el interín pasó el guardia y me metió la multa. Y no me había ido de joda.
37 ¿Por qué decidió volver a Racing en el 66?
En 1964 y 65 fui el mejor jugador de Fiorentina, me agrandé y pedí mucho para firmar contrato. Me bajaron de la pretemporada. Ahí llamé a Pizzuti. “Si podés venir en marzo, cuando empieza el torneo, sos jugador de Racing”, me dijo. Volví unos días después, el presidente y yo nos manteníamos cada uno en su postura. “Vamos a hacer un trato –le propuse-, arreglo por lo que usted me ofrece, pero hágame una promesa: en marzo me deja ir a Racing a terminar mi carrera”. El me contestó: “Si estamos clasificados para la Copa, te dejo ir”. Hicimos un pacto de caballeros y cumplió. Hasta me hicieron un partido homenaje.
38 Acá el campeonato había arrancado. Sí, me entrené una semana y jugué mi primer partido contra Chacarita, por la sexta fecha. Ganamos 1-0. Es curioso: las dos veces que debuté en Racing fue contra Chacarita.
39 ¿Cuál era la clave del equipo de José?
Por empezar, el estado físico. El profe Ojeda nunca había pateado una pelota, pero introdujo cosas de Alemania y ese Racing te mataba físicamente. Después, íbamos siempre al frente. Teníamos 3 o 4 que jugaban bien: el Yaya, yo, Martinolli le pegaba como los dioses, el Chango se desmarcaba; Rulli y Mori eran los trabajadores del medio, y los de abajo subían de a dos por vez. En los centros iban todos y quedaba Perfumo. Pizzuti cambió las posiciones de varios. Y todos los días nos hablaba media hora: de fútbol, de la vida, de todo menos de los rivales.
40 ¿Cuáles fueron más duras: las finales de la Libertadores o las de la Intercontinental?
El Celtic jugaba muy bien. Allá casi nos golean, acá ganamos y en Montevideo fue el más difícil: nos pegamos un montón, expulsaron a Rulli y a Basile. Con Nacional empatamos acá y nos dieron por boleta, porque allá eran imbatibles, pero aguantamos el 0-0. Nos agarraban del pelo, había cabezazos, codazos; el árbitro y los linesman no veían nada, era un viva la pepa. Pizzuti llevó 40 fotógrafos truchos, eran boxeadores amateurs que nos cuidaban en el hotel y en el estadio. José estaba en todas.
41 Ustedes también pegaban.
Racing era fuerte pero no tenía mala intención. Bueno, Perfumo tenía lo suyo, en realidad. De Perú, una vez, tuvimos que salir en un camión del ejército; nos querían linchar porque Roberto había matado a uno.
42 ¿Qué Copa se festejó más?
La Intercontinental, porque fuimos los primeros en conseguirla para el país.
43 ¿En qué lugar de la historia ubica a ese Racing? Entre los cinco mejores con La Máquina de River, el Independiente de Erico...
44 Cuénteme del avión que casi se cae en Colombia.
Fue en el arranque de la Libertadores. Habíamos jugado en Medellín y teníamos que viajar a Bogotá. En el aeropuerto de Medellín hay un monumento a Gardel: todos nos sacamos la clásica foto. Había tormenta y el avión no bajó, entonces nos metieron en dos aviones chiquitos, de 30 personas. Se movía bastante, pero normal y nos pusimos el cinturón. El Panadero muy nervioso, le pidió una pastilla a la azafata. De repente sacaron el cartel del cinturón, la azafata se levantó para llevar la pastilla y de golpe se vino abajo el avión. Yo me golpeé la cabeza con el techo, dije “Nos matamos”, Pizzuti dijo “Chau”, el Yaya lloraba, otros gritaban, y ahí vi a la azafata pegada al techo. Flotaba todo, habrán sido 20 segundos de caída…
45 Hasta que... En un momento se estabilizó, respiramos todos, y enseguida se puso de costado y nos cagamos de nuevo. No entendíamos nada, hasta que lo volvieron a normalizar. Estábamos muertos, sin poder hablar, pero había 4 o 5 mujeres que habían viajado con el plantel, la señora de Saccol, la de Perfumo, y de golpe empezaron a gritar: “¡Y ya lo ve, y ya lo ve, es el equipo de José!”. Cuando aterrizamos, dijeron: “Nos salvamos, ahora somos campeones del mundo”.
46 ¿Qué había pasado? El comandante dio una conferencia de prensa al llegar. “Son pozos de aire normales en Colombia –explicó- pero nunca tan grandes. Nacimos todos de nuevo. Cuando pasan estas cosas, las alas se parten al medio y esta vez no sé por qué se plegaron y no se partieron”. ¿Qué pasó después, que íbamos todos de costado?, preguntó uno. “Me encontré con la montaña encima y tuve que girar bruscamente”, dijo. Una odisea.
47 ¿Qué personaje lo impactó en un encuentro?
Yo estuve con Perón, con Cámpora, conocí a dos Papas, pero en la vida jamás me emocioné tanto como cuando conocí a Pío de Pietrelcina, un padre que tenía los estigmas en las manos. Nos recibió con sus manos vendadas, tenía 80 años, había filas larguísimas para verlo y besarle las manos. Nosotros entramos con el plantel, el hombre tenía una piel lisa, increíble, me emocioné como nunca.
48 ¿Por qué probó una sola vez meterse en la política y no insistió?
Me presenté para concejal en Río Ceballos y perdimos contra los radicales y los peronistas. Un amigo me decía: “¿Sabés los negocios que podemos hacer si ganamos?”. Menos mal que no gané.
49 ¿Cómo vivió el bombardeo a la Plaza de Mayo de 1955 para echar a Perón?
Estaba haciendo el servicio militar con el General Valle, un tipo extraordinario, hincha de Racing, al que un año después fusilaron. En ese tiempo jugaba en Tercera y entonces Valle me propuso ir a trabajar al Ministerio de Guerra, al lado de la Casa Rosada. Hacía un poco de cadete y al mediodía me iba. El día del bombardeo me estaba lavando las manos para irme y vibró todo el edificio. Salí corriendo a ver qué pasaba. Y estaban bombardeando: esa mañana Perón estaba en el edificio. Todavía se ven las marcas frente al Ministerio. A las 4 de la tarde se calmó y pude salir por atrás. Renuncié. No volví más.
50 ¿A Kirchner lo conoció?
A Kirchner lo adoro, otro tipo extraordinario. El iba de visitante a ver a Racing antes de ser presidente, lo quería de verdad. Se lo presenté a Marín una tarde en la cancha de Lanús, todavía era gobernador. Después, me invitó una vez a Casa de Gobierno. Yo era su ídolo, de chico...
51 ¿Qué recuerda del padre Carlos Mugica?
Fanático de Racing, un fenómeno. Venía en moto a vernos. Tenía una gran militancia social en la villa de Retiro, más de una vez fuimos a visitarlo. Lo mató la Triple A en 1974.
52 ¿Cómo era Gatica, de pibe?
Yo iba a la escuela con él, me llevaba varios años, y ya era camorrero, se agarraba a piñas. De más grande limpiaba botas cerca de casa; cuando se hizo boxeador, ya no me acerqué más.
53 ¿Helenio Herrera?
Estimulador. A los argentinos no nos quería, era celoso. Yo no lo quise nunca; Angelillo, tampoco. A Angelillo lo arruinó él. En esa época, Angelillo salía con una bailarina, pero el tipo no quería la relación. La piba era diez años mayor que él, entonces merma el rendimiento y Herrera, vivo, le dice: “Andate una semana a descansar, así te recuperás”. ¿Qué iba a hacer Antonio, recién enamorado? Se fue a Venecia con la novia y físicamente se hundió. Volvió a la semana y le dijo: “Mañana tenés que jugar en Reserva”. Angelillo le contestó: “Pero míster, recién llego”. Y Herrera: “Te va a hacer bien, así te vas preparando”. Al otro día citó a la prensa y Angelillo no podía caminar. “Este es el ídolo de ustedes, miren cómo está”, decía Herrera. Sinvergüenza.
54 A usted lo llevó al Inter.
No, a mí me compró el presidente Moratti, por eso no nos quería. Yo era un buen profesional, pero en cuanto podía, me sacaba. Tenía cosas raras. Caminabas por la calle, te agarraba de atrás y te decía: “¿Quién gana hoy”. Si dudabas, se volvía loco.
55 Muchos dicen que Mourinho se le parece.
Puede ser. Helenio era buen técnico y se basaba mucho en lo físico. Tenía una frase: “Ataca la bala”, o sea: atacar a la pelota. Por eso no me quería mucho, porque yo era medio lento. Otra frase suya era: “Parlate male de mi pero parlate”. Que hablen mal, pero que hablen. Puede ser que se parezca a Mourinho, ¿no?
56 ¿Cómo hizo para ser DT de la Selección apenas dejó el fútbol?
En Italia yo anotaba todo lo que hacían los técnicos, ya sabía cuál iba a ser mi futuro. Cuando a mediados de 1968 llegué a Ezeiza de una gira con Racing por Europa me esperaba Ramos Ruiz, que había sido presidente de Racing y era interventor de la AFA. “Quiero que seas el técnico de la Selección”, me dijo en la cena. Me pidió que durante seis meses estuviera al lado de Minella, que ya había anunciado su retiro como DT. Yo jugaba y miraba las prácticas de la Selección. El 28 de diciembre jugué mi último partido, un 2-4 contra Vélez que les dio el campeonato a ellos; y una semana después arranqué como técnico de la Selección. Duré unos meses: jugamos 4 partidos, con 2 triunfos y 2 empates.
57 ¿Por qué tan poco?
Se venían las Eliminatorias para el México 70 y un día me despierto, pongo la radio, porque en esa época nos informábamos por la radio, y escucho que por decreto del presidente de la Nación -Onganía-, el interventor Ramos Ruiz quedaba cesante. Y renunciamos por respeto a él. Si no renunciábamos, igual nos echaban. Asumió Pedernera y quedó eliminado del Mundial. Lo curioso es que no habíamos perdido ni un partido.
58 Arrancó su carrera bien arriba y después fue bajando, al revés de la lógica.
Puede ser, así se dieron las cosas. Después de la Selección dirigí a Racing, a Costa Rica, Independiente –con el que ganamos la Libertadores de 1973-, a Chacarita, Gimnasia de Jujuy un par de veces, estuve como PF y coordinador de Inferiores en México; en Ecuador dirigí al Barcelona y Liga de Quito, al Blooming de Bolivia, Platense, Unión y a los cuatro grandes de Córdoba: Talleres, Belgrano, Instituto y Racing. Con Talleres perdí la semifinal del Nacional 82 contra Ferro. Y terminé en dupla con Gustavo Costas en Racing.
59 ¿Cómo le fue en Costa Rica?
Lo dirigí en las Eliminatorias para el Mundial 74. Eran amateurs. Le ganamos a México por primera vez en la historia: el gol lo metió el 5 y en la revancha no pudo jugar porque era gerente de una empresa y no lo dejaron venir.
60 ¿Por qué duró dos meses en Racing?
Porque me peleé con Saccol, un tipo bárbaro. El quería hacer un viaje en micro; y yo en avión, para no desgastar al plantel. “Si vamos en micro, me voy”, le dije. “Bueno”, respondió. Y renuncié. Fue una estupidez. Al año volví a dirigir a Racing, ya con Ramos Ruiz como presidente.
61 ¿El Bocha hizo debutar al Bocha?
En la Libertadores. Independiente tenía un gran equipo pero mí 10 era Jesús Martínez, y a Bochini lo llevaba al banco. La gente lo pedía con 18 años, ya era ídolo. Llegó la final con Colo Colo, el desempate en Montevideo, íbamos 1-1, lo puse a Bochini y la rompió. Hizo pases de gol, hizo jugar a todos, ganamos 2-1 y fuimos campeones. Era crack desde chico.
62 ¿Ahí fue DT y PF a la vez?
Sí, en Independiente fui campeón como técnico y profe. Dirigí mucho tiempo haciendo las dos funciones, en Chacarita y Racing también, hasta que una vez, un dirigente me dijo: “No podés ser profe y dirigir a la vez, necesitás tiempo para pensar”. Está bueno hacer las dos cosas porque sabés perfectamente cómo están los jugadores y los podés manejar; pero al mismo tiempo, desatendés otras cosas. Por eso defiendo a Basile. Muchos dicen: Basile no trabaja. Mentira. Basile hace trabajar y piensa, elige bien y sabe, no es ningún tonto.
63 ¿No es una mancha para usted haber dirigido a Independiente?
Siempre los cargo a los de Independiente. Les digo: ustedes fueron campeones con Dellacha y conmigo, dos ídolos de Racing, y también los sacaron campeones Cap y Brindisi, dos que jugaron en Racing. Lo mismo que Pastoriza, uno de los grandes ídolos del Rojo. “Gracias a Racing, ustedes fueron campeones varias veces”, les digo. Los jubilados de Independiente no me querían, había algo de folclore, y me gritaban un poco en las prácticas. El hincha de Racing, igual, me lo perdona. Antes era otro espíritu, otra cosa.
64 ¿A qué se refiere?
Salimos campeones en el 66 contra Gimnasia y en la fecha siguiente enfrentamos a Independiente. Cada jugador del Rojo nos esperó con una guirnalda. La hinchada de ellos nos aplaudía. Cuando salimos campeones del mundo fuimos en micro desde Ezeiza a la cancha de Racing y en los puentes veíamos a la gente con banderas de los otros equipos. Lo mismo cuando llegamos al Cilindro, que estaba lleno con 100 mil personas.
65 ¿En los clásicos no se mataban?
Te cuento una anécdota más de los clásicos: almorzábamos en Racing y nos íbamos caminando hasta la cancha de ellos. Y no en grupo, de a uno. Nadie te decía nada. Y terminaba el partido y nos volvíamos caminando también. Los hinchas se mezclaban, se cargaban, pero no pasaba nada. En esta confitería donde estamos hoy, en los 60 y 70, se juntaban las hinchadas de Racing y de Independiente. Y de acá iban a la cancha: los de Racing por una vereda y los del Rojo, por la otra. No pasaba nada.
66 Pero en Independiente le hicieron un sumario administrativo.
Debo ser el único técnico suspendido por el propio club. No me llevaba bien con los dirigentes, y me querían hacer entrenar en El Pato, porque nuestra cancha había que cuidarla. Yo me estaba jugando la Libertadores, así que entrené en la cancha. Y la hice bolsa. Se reunieron y me suspendieron por un mes. Renuncié, ¿qué iba a hacer?
67 Habló de los de Racing campeones en Independiente, pero Pizzuti y Basile eran del Rojo.
No sé. Hay dos cosas que nunca le pregunté a ninguno de mis compañeros: de qué equipo era. La otra fue cuando me contrató Saccol en el 66. “No sé lo que ganan los otros, pero quiero cobrar como el que más gana”, le dije. Jamás le fui a preguntar a Perfumo cuánto ganaba, ni averigüé si me mentían. Confié y listo.
68 ¿El juez Gorostegui lo llamó en 1999 para ser el DT de Racing y usted le cedió el lugar a Costas? No es normal. Pero así fue. Yo estaba grande y necesitaba alguien al lado. Dirigía Gustavo y yo le daba mis opiniones. Y él ponía la cara ante la prensa y demás.
69 ¿Se considera un precursor de la psicología en el fútbol?
Debo haber sido el primero en meterlos, pero fracasé. Tomé la idea de Italia, donde cada equipo tenía un cura. Eran pibes jóvenes, fenómenos. Estaban siempre al lado del equipo: venían a los entrenamientos, te hablaban si no jugabas, si no te veían bien; te bendecían si nacía un pibe, o si te casabas. Iban en el micro con nosotros a la cancha. Eran un gran apoyo espiritual. También asesoraban a nuestras novias o esposas.
70 A partir de esa experiencia, se le ocurre meter a los psicólogos.
Claro, arranco como entrenador y estaba obsesionado con los psicólogos. Pero me fue mal. Tuve dos experiencias y las dos malas.
71 ¿Qué le pasó?
En Instituto llevé una mujer. Era muy bonita y le gustaban los jugadores. Citaba a dos jugadores por vez en su consultorio. Uno esperaba y el otro iba adentro. Y al que le gustaba, ¡pum! Era boleta. No se podía así. El otro fue un muchacho, en Bolivia. Y bueno, era… era trolo, en pocas palabras. Una pinta tenía… pero tuvo algún problema con un jugador. Me fallaron, pero igual creo que son muy importantes los psicólogos.
72 Fue precursor con el peluquín, con los psicólogos y también con el modelaje.
Con Pedro Dellacha promocionábamos los calzoncillos Combo, pero no ganábamos guita, nos daban calzones para mí y mis hermanos. También actué en el cine, en la película Fantoche, con Luis Sandrini y Beatriz Taibo. No me pagaron. Le dieron una medalla a mi viejo, yo ya estaba en Italia. Tuvimos que repetir como diez veces la escena, era muy burro. Pero mi viejo estaba chocho.
73 ¿Qué tarea cumplió en el Mundial 78?
Vivía en Córdoba y estudiaba a los equipos que jugaban ahí y podían ser rivales de Argentina. Lo hacía ad honorem. Vi a Holanda, Perú, Alemania. Entraba al Chateau con mi credencial de periodista, me sentaba en mi pupitre y me ponía a escribir como loco. Preparaba un gran informe: movimiento de jugadores, pelota parada, y lo pasaba a máquina. La AFA, sí, me pagaba el avión, venía a Buenos Aires y se lo entregaba a Menotti. Me felicitaron por esos informes. Menotti nos hizo un gran reconocimiento a todos los que colaboramos en distintas ciudades: a Griffa, a Saporiti, a mí...
74 De todos los que conoció, ¿quién sabía más de fútbol?
No sé si saber o no, a mí me impactó Ferruccio Valcareggi, un italiano al que tuve en Atalanta y que luego dirigió a la Selección. Llegó el mismo año que yo, se presentó en el hotel y me dio la mano. Cené con él esa noche y hablamos de fútbol. Me impactó su simpleza. Me dijo cosas que me dejaron marcado. Yo venía de dos años en el Bologna. Tenía calidad pero también lagunas. “Tú debes jugar más atrás, con más panorama, sos hábil, inteligente, te voy a hacer jugar distinto”, me dijo.
75 Un periodista.
Osvaldo Ardizzone. Un señor, ¡qué bohemio Ardizzone! Hincha de Independiente, igual lo invitábamos a las cenas. Tuve gran amistad con Neustadt también. Se respetaba mucho al futbolista y al periodista.
76 ¿En su época existían las botineras?
No, no, había alguna que otra chica, pero éramos medio giles nosotros. Yo conocí a Elina Colomer, a María Aurelia Bisutti, del cine, pero era de ir a tomar un café y nada más.
77 ¿Ve a este Racing para pelear arriba?
Creo que sí. Por ahora no está jugando bien (Aclaración: la nota se hizo antes de la fecha 5, con Olimpo), pero tiene buenos jugadores, el técnico trabaja, tuvo un paso de mucha experiencia por Europa, sacó campeón a River y a Estudiantes. Ahora, con la calidad de jugadores que tiene debe jugar mejor, quizás adelantarse unos 20 metros.
78 ¿Molina no le pregunta nunca por el equipo o por algún refuerzo?
No tenemos injerencia para nada en la Primera. Cada técnico tiene su manera de pensar y como puede molestarse, no intervenimos.
79 “Racing club ha dejado de existir”. ¿Qué sintió al escuchar esa frase?
Salí corriendo para la cancha como los demás hinchas de Racing. No lo podía creer. No le tenía bronca a la Ripoll porque demostró ser una gran señora, sí creo que ese gesto de los hinchas de Racing impidió que el club dejara de existir.
80 ¿Cuál fue la situación más curiosa que vivió en Racing?
En 1954, con primer contrato, cobraba mil pesos por mes. Al poco tiempo nos quedaron debiendo tres meses. El club hizo una rifa a mil pesos el número. Y me pagaron el sueldo con tres rifas. Compró una mi viejo, otra mi tío y otra yo. Con Otero me llegaron a deber 4 meses; con Lalín, 5; pero nunca protesté. ¡Mirá que para mí era plata, eh!, pero nunca le hice juicios a Racing, ni tampoco cobré ese dinero.
81 ¿El gerenciamiento lo dejó a un lado?
No, estuve bien con el gerenciamiento: a las glorias nos trataron bien, no me puedo quejar.
82 ¿Le quedó dinero del fútbol?
Yo ganaba mucho para la época, llegué a tener 6 casas. Me quedaron solo dos en Río Ceballos para mis hijos; tengo mi jubilación, el sueldo de Racing, gracias a Dios estoy bien.
83 ¿Sintió alivio o envidia cuando Racing salió campeón en 2001?
Alivio, me saqué un peso de encima. En el 95, cuando volví al club, declaré: “No me quiero morir sin ver campeón a Racing”. En el 2001 lo seguimos con mis amigos en una combi al Interior. Le doy más valor a nuestros títulos ahora que cuando jugaba. Le di más valor como hincha, me siento más emocionado ahora que cuando lo gané.
84 Igual estuvo un poquito arreglado ese campeonato del 2001, ¿o no?
¡No, qué va a estar arreglado! Racing era mejor que todos.
85 ¿Usted también pensaba que si seguían repitiendo el gol del Chango, en algún momento se iba a ir afuera?
Sí, Perfumo fue el primero en decirle eso al Chango. El se reía...
86 ¿Por qué Racing es un club tan sufrido?
Racing dio satisfacciones hasta 1967, después empezamos a sufrir. Fueron 35 años y 70 campeonatos casi sin festejar. Ahora van casi 20 campeonatos, ojo.
87 ¿Qué le pasa a la Selección que no gana nada ni está cerca?
Y teniendo tan buenos jugadores… Para mí falta rodaje, se nombran muchos jugadores. Hay que formar una base de 20 o 25 y creer en esos y si se va destacando alguno lo vas insertando.
88 En su época se decía que el jugador perdía prestigio en la Selección. Ahora Tevez dijo algo parecido, ¿coincide?
Me duelen las declaraciones de Tevez, para mí no es así, hoy si vas a la Selección el prestigio se mantiene aunque no ganes nada. En mi época nadie quería ir a la Selección. Lo sufrí como técnico de la Selección, me costaba llevar a los jugadores, me decían que no podían. No había seriedad ni continuidad. El prestigio se lo dio Menotti.
89 ¿Por qué se juega tan mal en la Argentina?
Jugadores hay, porque se los llevan; a lo mejor se usa mucho la táctica y no se aprovecha la calidad. Hay mucho miedo a perder.
90 ¿Alguna vez le ofrecieron dinero para ir para atrás?
Nunca vi nada raro, le juro.
91 ¿Y doping vio?
A nosotros nos daban cosas. En esa época se tomaba una pastillita que usaban los estudiantes para estar más frescos. En Europa nos daban suero porque jugábamos amistosos todos los días.
92 ¿Usted tomó?
En aquel partido de las guirnaldas contra Independiente, yo iba a cumplir 34 años y fue la primera y última vez que tomé una pastillita. “Dame un estimulante -le dije al médico- porque el año que viene jugamos la Libertadores y quiero probar”. Esa tarde corrí como un loco pero no era yo, estaba pasado de revoluciones. A la noche no pude dormir. Y te juro que no tomé nunca más.
93 ¿Fumaba?
Perfumo se fumaba un puchito siempre en los entretiempos, fue un grande Roberto, como Dellacha, pero a la inversa: Pedro tomaba leche en las comidas, no sé cómo podía hacerlo pero se tomaba un vaso de leche.
94 ¿Fútbol de antes o de ahora?
Me gustaba más el de antes. No digo que era mejor, sino que se jugaba más lindo, había menos velocidad y mayor riqueza técnica. Ahora hay más fricciones, menos tiempo para pensar, menor precisión, menos técnica.
95 ¿Por qué se llega a eso?
Nosotros estábamos todo el día con la pelotita: la de trapo, la de goma, la de papel; jugábamos bajo el farolito, en la calle, no había tránsito, y así adquirimos una gran técnica: la parábamos de pecho, de taquito. Hoy hay otras ocupaciones para los chicos.
96 ¿Es más difícil jugar ahora que antes?
Sí, mucho más difícil.
97 El mejor equipo que vio.
Yo jugué contra el Real Madrid de Di Stéfano y con el Santos de Pelé, los dos mejores equipos de la historia hasta ahora. Este Barcelona me hace acordar a esos equipos, con una calidad impresionante, pero a una velocidad distinta. Hoy el mediocampista corre 10 km por partido, nosotros no llegábamos a 6. Para mí, este Barcelona es superior al Madrid y al Santos.
98 ¿Cual es la clave?
Que juegan todos bien, desde Piqué al delantero, que todos saben qué hacer, que se mueven, se apoyan, siempre hay triángulos, tocan, una forma de jugar que se viene aplicando desde Cruyff. Y hay una mística, estos consiguieron todo y quieren más y no se conforman con lo que ganaron.
99 ¿A Messi en qué lugar lo pone?
Messi quedará como el mejor de todos. Solo le falta que pasen los años y llene su currículum. Yo enfrenté a Pelé y a Di Stéfano. Pelé era simple para jugar, malo porque te metía los codos; Di Stéfano, un hombre de toda la cancha; Maradona, un gran habilidoso y definidor. Pero este pibe tiene algo que no tienen los otros: es rápido con la pelota en los pies, la lleva pegada, sabés para dónde va a ir pero no lo parás. Es un fenómeno, el N° 1 de la historia, ya. Por más que no haya ganado con la Selección, no importa.
100 ¿Cómo arma su podio, entonces?
Primero, Messi. Un escalón abajo, Di Stéfano, Pelé y Maradona en el mismo nivel. Y Cruyff, un escaloncito atrás. Pero Messi arriba de todos, el mejor de la historia.
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