martes, 29 de abril de 2014

Gran Premio de Argentina de 1974: ¿Por qué a ti, 'Lole'? (0 puntos)

Fórmula 1

Gran Premio de Argentina de 1974: ¿Por qué a ti, 'Lole'?


Autódromo Municipal Ciudad de Buenos Aires, 13 de enero de 1974.


formula 1


De nuevo Argentina acogía la primera prueba del mundial de F1. Un campeonato que comenzaba sin un claro favorito tras la retirada del campeón Jackie Stewart y la trágica muerte de su compañero en Tyrrell, François Cevert. Varios eran los pilotos con posibilidades para ganar el Gran Premio y el título: Ronnie Peterson y Jackie Ickx con Lotus, Niki Lauda y Clay Regazzoni con Ferrari, Emerson Fittipaldi y Denny Hulme con McLaren, Patrick Depailler y Jody Scheckter con Tyrrell, James Hunt con su March y el ídolo local, Carlos "Lole" Reutemann con el Brabham-Cosworth BT44.


Para la primera prueba, la afición argentina esperaba ansiosa que Reutemann ganase en casa su primer Gran Premio. La "pole position" del sábado había ido a parar a manos del ultrarrápido Ronnie Peterson a bordo del Lotus Cosworth 72E. Su vuelta fue una vez más espectacular, llevando su monoplaza más allá del límite, forzándolo en cada curva y poniendo su Lotus en un lugar en el que quizá no merecía por prestaciones. La segunda posición fue para Clay Regazzoni con su Ferrari 312B3 confirmando la buena forma de Ferrari, la tercera para Emerson Fittipaldi con el McLaren Cosworth M23, la cuarta para un sorprendente Peter Revson con el Shadow Cosworth, la quinta para el extravagante y rápido James Hunt con el March Cosworth 731 y había que remontarse hasta la sexta plaza para encontrar al piloto local Carlos Reutemann con su Brabham Cosworth BT44. "Lole" ya sabía lo que era lograr la pole en su país, la había logrado dos años antes y ésta vez se centró en buscar un coche competitivo para la carrera. Haciendo gala de su gran conocimiento técnico logró reglar el coche perfectamente para la carrera, aunque eso le costara un cierto retraso en la calificación. Por detrás del argentino Ickx, Lauda, Hailwood y Hulme completaron el "Top Ten" con la sorpresa de tener a los Tyrrell fueran de las primeras posiciones.


El domingo el circuito en su espectacular versión número 15 estaba lleno hasta la bandera con unos 100.000 espectadores, la mayoría de ellos argentinos, pero con un gran número de brasileños animando a Fittipaldi y Pace. El ambiente era festivo, Perón presidía uno de sus últimos actos públicos compartiendo protagonismo con el gran Juan Manuel Fangio, implicado en la organización de la carrera. Precisamente ese fue uno de los grandes problemas de la carrera, muchos espectadores se acomodaron dentro de la pista durante el Gran Premio con las consiguientes quejas por parte de los pilotos.

A la hora de la salida la tensión era evidente. Reutemann sabía que tenía que arrancar bien y evitar cualquier toque en la salida. Peterson enérgico como siempre, mantuvo el liderato en la arrancada seguido de Hunt. Por detrás Revson y Regazzoni trompearon en la primera curva provocando una melé que dejó fuera a los dos Shadow, de Revson y Jarier. Merzario y Watson también salieron dañados en la acción, mientras que Scheckter esquivó el accidente saliéndose a la hierba. Hunt, en un gran movimiento alcanzó la primera posición, pero el británico pagó cara su fogosidad saliéndose en la vuelta 2 y abandonando más tarde a causa de un accidente. Peterson pronto tuvo problemas con sus neumáticos yéndose para atrás en la clasificación y el otro gran favorito, Emerson Fittipaldi también tuvo problemas con el cambio obligándole también a retrasarse.


gran premio


En la tercera vuelta Reutemann heredó el liderato por delante de Hulme e Ickx. El piloto de Santa Fe se escapaba a un ritmo de un segundo por vuelta, dejando en evidencia a todos sus rivales. Los reglajes estaban perfectos, el coche era rápido en todas partes lo cual sorprendía al propio "Lole", que veía como abría hueco casi sin esfuerzo. Los aficionados estaban disfrutando; la carrera de Reutemann les estaba recordando a las protagonizadas por Fangio años atrás, haciendo gala de un talento innato para entender el coche y el desarrollo de la carrera. Por fin Argentina volvía a tener un piloto de gran talento con capacidad para luchar por el título.


Reutemann adelantaba a los doblados sin perder apenas tiempo, mientras que su inmediato perseguidor Denny Hulme se atascaba detrás de ellos. Todos los equipos estaban sorprendidos con el rendimiento del Brabham, totalmente convencidos de que el ritmo de Carlos se desvanecería pasado el primer tercio de carrera, algo que no llegó a ocurrir.


Entonces cuando todo parecía perfecto llegó el primer susto, a "Lole" se le desprendió la toma de aire en la vuelta 39. La pieza no llegó a soltarse del todo y podía notar cómo iba de lado a lado del coche. A pesar del incidente, el argentino mantuvo la calma y siguió pilotando como hasta entonces, llevando la ventaja a rondar los 29 segundos. Eso sí, sabía que su coche estaba herido. El astuto Denny Hulme también estaba al corriente del problema de su rival.


Las vueltas se le estaban haciendo interminables, el sueño de ganar estaba ahí, a la vuelta de la esquina. El corazón de los aficionados estaba en un puño, la victoria estaba en el bolsillo si no sufría un fallo mecánico. Como en una pesadilla, el drama apareció en forma de abandono en la penúltima vuelta. Reutemann aparcó el BT-44 fuera de la pista para desconsuelo de un país entero. Estaba desolado, confuso, derrotado pese a los aplausos del público. Definitivamente no había justicia en el mundo de las carreras.


Hulme heredó la que sería su última victoria en la F1, seguido de un gran Niki Lauda y un espectacular Clay Regazzoni que logró remontar desde la 18ª posición. La hinchada argentina abandonó el circuito con un sabor agridulce, "Lole" le había demostrado al mundo entero su calidad, pero la derrota había sido demasiado amarga.


Fueron muchas las especulaciones acerca de cuál fue el motivo real del abandono. En un principio, se pensó que el problema con la toma de aire hizo que el Brabham gastase más combustible al no tener una perfecta refrigeración. Años después, conocimos el verdadero motivo del abandono en unas declaraciones del propio "Lole". "El problema fue que, el domingo con los tanques llenos, producto del calor se soldaron las tuercas en las ruedas traseras. No podían sacarlas y decidieron cambiar la suspensión trasera por completo. Sacaron el eje y pusieron uno nuevo. Como se focalizaron en eso, olvidaron hacer la carga de combustible necesaria en el auto. Lamentablemente pasó lo que todos conocemos".


50 vueltas de alegría, algo más de 20 años de decepción. Reutemann y Argentina jamás olvidarán aquel 13 de Enero de 1974.







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