domingo, 8 de diciembre de 2013

¿Es posible la economía de Francisco? (0 puntos)

Evangelii Gaudium, la primera exhortación apostólica del pontífice argentino, dada a conocer el 26 de noviembre pasado, contiene fuertes y claras definiciones económicas. El Papa afirma allí que la opción por los pobres no es una elección ideológica o social, sino teológica, bíblica. Denuncia las patologías del mundo actual, en el que "hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad".

Llama a "decir no a una economía de la exclusión y la inequidad", a "una economía (que) mata". Afirma que la inequidad genera violencia. "Sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión", escribe. Cuestiona el consumismo desenfrenado que "unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido social".


"La posesión privada de los bienes se justifica para cuidarlos y acrecentarlos de manera que sirvan mejor al bien común, por lo cual la solidaridad debe vivirse como la decisión de devolverle al pobre lo que le corresponde", dice el Papa en uno de los párrafos que más escozor produjo en los cultores del liberalismo económico extremo.


Finalmente critica la teoría del "derrame" y asegura que está demostrada su falsedad. "Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado", afirma.


¿Es posible la economía de Francisco?


Infobae consultó la opinión del ingeniero industrial Alejandro Preusche sobre estos temas. En julio pasado, Preusche presidió el Encuentro Anual de ACDE (Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa) cuyo tema fue, precisamente: "¿Cómo respondemos al Papa Francisco? Generando empleo y desarrollo para una Argentina inclusiva".


Hubo algunas reacciones airadas al documento del Papa calificándolo de contrario al capitalismo. ¿Hay una contradicción insalvable entre la promoción de la justicia social y la lógica empresarial?


No creo que haya ninguna contradicción. Me remito a lo que dijimos en el encuentro anual de ACDE: el Papa nos está sacudiendo para que nos demos cuenta de lo que está pasando a nuestro alrededor. Sintetizando nos dice tres cosas: uno, combatir la pobreza, dos, asumir nuestra responsabilidad como empresarios, porque no podemos decir "yo no me ocupo de eso", o "con eso no tengo nada que ver"; y, tres, no perder el tiempo porque se trata de seres humanos que, al lado nuestro, están padeciendo privaciones importantes o hasta muriendo de hambre.


¿Y qué debe hacerse?

El debate principal del encuentro de ACDE fue justamente cómo generar más trabajo, ya no sólo desde la perspectiva individual, sino como país, interactuando el sector privado con el sector público para generar más trabajo a fin de incluir a los que hoy están excluidos, sabiendo que el único modo por el cual una sociedad puede sacar a la gente de la exclusión es con trabajo, no con asistencialismo ni subsidios; eso es un parche para que sobrevivan pero no los saca del lugar donde están, no les permite tener futuro, mirar hacia adelante con esperanza. La Argentina tiene un potencial gigantesco para generar puestos de trabajo Argentina tiene un potencial gigantesco para generar puestos de trabajo, por ejemplo a través de un mayor desarrollo del sector de agronegocios, de la minería, de la energía en general, con esos sectores nada más se podrían crear unos 3 millones de puestos de trabajo en los próximos años. Hay enormes oportunidades. La pregunta es qué nos pasa, por qué no lo hacemos.


¿Cuál es el principal obstáculo?


La falta de confianza. Para generar puestos de trabajo hay que invertir. En algunos sectores con 5 mil dólares se genera un puesto de trabajo y en otros se necesita 80 mil, dependiendo de si es una industria capital-intensiva o no. Pero para invertir se necesita tener confianza en el sistema Pero para invertir se necesita tener confianza en el sistema. Hoy tengo una inflación rampante, no me dejan girar divisas al exterior o tal vez el día de mañana no me dejen sacar dividendos o me cambien las reglas del juego, entonces no invierto. Argentina tiene un potencial de desarrollo energético enorme, gigantesco, en lo convencional y en energías alternativas, ¿por qué no se lo desarrolla?, ¿por qué tenemos que seguir importando gas a 17 dólares? Falta confianza. El primer paso es recuperar la confianza. Si no, es imposible.


El Papa cuestiona el afán desmesurado de riqueza...


Estoy totalmente de acuerdo con el planteo del Papa, tanto personalmente como en mi rol en ACDE. Él no está en contra de la propiedad privada, para nada. Lo que dice es que la propiedad privada no tiene que ser una excusa para olvidarse de los que no tienen nada. Lo del Papa es un golpe a la conciencia de todos: el que no tiene, tiene derecho a tener Lo del Papa es un golpe a la conciencia de todos: el que no tiene, tiene derecho a tener. Pero ese derecho no es porque venga y ocupe un pedazo de nuestra casa o de nuestra empresa. Es al revés, tenemos que salir de nosotros mismos y mirar la realidad que tenemos al lado y asegurarnos de que no haya más excluidos. Particularmente en nuestro país no deberían existir estas cosas, esto es como un crimen del que todos somos responsables.


Estas definiciones del documento asustaron a algunos, ¿tienen razón?


A los que me dicen, "che, el Papa está contra los empresarios...", yo les digo que no, que está contra la conducta mezquina de los empresarios. Si no reconocemos eso, no nos estamos mirando al espejo. No somos santos, podemos decir que somos hijos de este sistema, y que para poder sobrevivir nos tenemos que amoldar y mirar a corto plazo, pero la verdad es que hemos hecho poco para que este sistema sea ético. De hecho, en este documento el Papa dice que la del empresario es una muy noble tarea, siempre y cuando esté orientada al bien común, si solamente se orienta a ganar plata a expensas de otros, deja de ser noble.


¿Es equivocada la teoría del derrame?


Es sostenida por algunos, y fue el paradigma de los años 90, pero está demostrado que es falsa. Miremos lo que ha pasado en Estados Unidos, donde ha aumentado enormemente el nivel de desigualdad en los últimos años, y se trata del país donde el libre mercado es paradigma. Pero (Barack) Obama en un discurso hace poquísimos días dijo que Estados Unidos se está pareciendo cada vez más a la Argentina en términos de desigualdad.


¿Eso es fruto de la política desregulatoria de la gestión de Bill Clinton?


Arranca un poco antes y se acelera con la desregulación financiera del final de la época de Clinton y comienzos de la gestión de Bush hijo, cuando en particular se permite que haya un enorme desarrollo de negocios financieros, especulativos, que acaparan una porción muy grande de la renta. Hay un video que muestra la evolución de la desigualdad del ingreso en ese país y es abrumador ver la megaconcentración de la riqueza en el 1% de la población, mientras otros han caído en la pobreza. En verdad la teoría del derrame no funciona porque la lógica del dinero ya sabemos cómo es: a mayor rentabilidad más atractivo y a más atractivo, más rentabilidad y es algo que no tiene un tope, no es que se dice "bueno, ya llegué hasta acá, y a esto me limito"; sigue, porque si uno se baja, viene otro que quiere seguir, es una lógica que no para.


¿Es necesaria la intervención estatal?


Una convicción instalada hace tiempo, en el pensamiento católico en particular y, en términos más generales, no ultraliberal en lo económico, es la de que cuando se deja a los sistemas económicos librados a sí mismos, el que más poder tiene más termina dominando. Y esa es una lógica nefasta, es un beneficio para el que está ahí, que gana mucho dinero, pero termina sometiendo a todos los demás. En el mundo empresarial esta lógica deriva en winner takes all [el ganador se queda con todo]. Cómo se compensa esto, cómo se regula; no hay una autorregulación, la regulación tiene que venir del Estado, el Estado tiene que participar, inteligentemente. No es cierto que cuanto menos Estado mejor. Debe ser la medida justa, ni menos, ni más No es cierto que cuanto menos Estado mejor. Debe ser la medida justa, ni menos, ni más. Ni el Estado debe retirarse, ni es el salvador de todo. Debe existir un adecuado equilibrio entre sector público y sector privado. Si el diálogo está roto, como está roto en Argentina, entonces se puede ir para un lado, para el otro, pero las cosas van a estar mal siempre.


¿Coincide con que vivimos bajo la idolatría del dinero?


Absolutamente, la gran mayoría de las empresas se manejan en función de lo que llamamos la "financiarización", es decir, se toman todas las decisiones en base a los resultados económicos y alguien puede decir "ah, pero si no se maneja así..." No es así, lo que el Papa dice es que la primacía de todo se la tenemos que dar al ser humano, si prescindimos de la persona, la reducimos a un objeto, y al final nos damos cuenta de que todo esto tiene un impacto muy grande en la sociedad. La carta del Papa tiene un contenido extraordinario. Él dice que no es una exhortación social sino evangélica pero las implicancias de lo que dice son sociales. Pide que tomemos conciencia de lo que está pasando afuera, que miremos la realidad de mayor desigualdad. Si bien es cierto que en el mundo la desigualdad extrema se ha reducido, porque China, que estaba en el fondo de la tabla, ha mejorado, y Estados Unidos, que estaba al tope, empeoró, si se mira al interior de esos dos países, las desigualdades son impresionantes. Entonces, aunque la desigualdad haya disminuido un poco entre países aumentó en el interior de cada uno.


¿Se puede remediar esto a nivel nacional o debe haber un cambio global?


Lo más importante es empezar por la sociedad local. El Papa señala el cáncer que padecemos. Es el sometimiento de las estructuras de poder al dinero; la corrupción, que tiene por efecto distorsionar todo. El político no se dedica a proveer al bien común y el empresario sabe que su juego es tratar de ganar lo máximo hoy porque mañana no sabe lo que va a pasar. Es una visión de corto plazo. El Papa en cambio dice que el tiempo es superior al espacio, es decir, tenemos que trabajar para el largo plazo, si sólo trabajamos para el corto plazo, seguro cometemos errores. Eso se ve hoy en nuestro país, todo es a cortísimo plazo, todo es parche, así las cosas no se arreglan. Hay que empezar por casa y por uno mismo. El Evangelio no está en contra del dinero, contra la riqueza, sino en contra de la actitud que cada uno de nosotros tiene hacia la riqueza. El Papa no dice que todos tienen que ser pobres, dice "los ricos ocúpense de los pobres" El Papa no dice que todos tienen que ser pobres, dice "los ricos ocúpense de los pobres". No dice "dejen de ser ricos". Es como cuando pide salir a las periferias, dejar de estar centrado en mí mismo para pensar en el que tengo al lado mío, empezando por el empleado que en cualquier momento pasa por la puerta de mi oficina.


¿Le preocupa esta suerte de conflictividad social latente que vivimos?


Sí, definitivamente. Las cosas que vemos en Córdoba, en algunos lugares del Gran Buenos Aires, lo que hemos visto en Rosario hace algunos meses, en Bariloche... siempre alguien dice "esto fue motorizado por alguien..." Es como decir "alguien prendió la chispa", bueno, pero había pólvora... Estoy seguro de que hay gente buena que salió el otro día en Córdoba pensando "hoy podemos ir a sacar del supermercado lo que queremos". Porque no pasa nada. Cuando un gobierno permite que un piquete corte una autopista por nueve horas... ¿qué señal se da a la gente? Que se puede, que no importa jorobar al de al lado, que lo que uno tiene en la cabeza es lo más importante y que se puede hacer sin que pase nada. Estamos en una sociedad tan permisiva que se puede hacer cualquier cosa Estamos en una sociedad tan permisiva que se puede hacer cualquier cosa, decir cualquier cosa, tenemos un vicepresidente cuestionadísimo, y no pasa nada. Y la pregunta que yo me hago es cómo un tipo formado como él se animó a hacer esas cosas. Porque el sistema se lo permitió. Es por eso que el sistema corrupto, donde todo se puede, genera daños adicionales para todos.


¿Cómo se debe reaccionar a la exhortación papal?


Recomendaría leer varias veces lo que dice el Papa porque es extraordinario, leerlo con detenimiento porque es un mensaje de una consistencia tremenda. Y luego hablemos acerca de cómo hacer lo que él dice que hay que hacer. Cómo lograr una sociedad más justa, cómo lograr que el dinero no sea todo en nuestra vida, porque finalmente nos hace menos humanos. Consumir es una necesidad, pero el ser humano no puede ser reducido a una sola de sus necesidades, el consumo. Sin embargo hoy todo está en función de eso. ¿Dónde están los valores culturales? ¿El desarrollo de una sociedad en función de su capital social? ¿Dónde está la educación, la revalorización del trabajo para tener una vida digna?







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