Era costumbre que cuando una tribu asaltaba y vencía a otra, la vencedora cogía a las mujeres como parte del botín, luego se les daba a elegir a estas mujeres la opción de regresar con su tribu o quedarse con sus raptores. Una de estas tribus, llama Rabi’a, fue vencida por otra, los vencedores cogieron el botín y a las mujeres, entre ellas se encontraba la hija del líder de Rabi’a, se le dio a elegir regresar con su padre o permanecer con sus raptores, y la muchacha eligió quedarse, esto produjo en su padre y su tribu tal vergüenza y deshonor que su padre juro que mataría a cuantas niñas tuviera, las niñas se habían convertido para él en una vergüenza y algo que manchaba su reputación ante su tribu, el padre tuvo más de diez niñas y las mató a todas, con el paso del tiempo se convirtió en una tradición en aquella tribu, y más tarde en casi todas las tribus árabes.

La mujer preislámica


La mujer antes del islam no era sino un objeto, uno podía comprarla por unas cuantas monedas a su familia, y no solo no podía heredar sino que los hijos podían heredad a las esposas de sus padres e incluso las podían desposar, la mujer no tenía ninguna garantía dentro del sistema tribal árabe. Con la llegada del islam esto cambió, se le dio a la mujer el derecho más importante, el de la vida, dice el Quran: “Cuando se le anuncia a uno de ellos [el nacimiento de] una niña, se refleja en su rostro la aflicción y la angustia por lo que se le ha anunciado, se esconde de la gente avergonzado y duda si la dejará vivir a pesar de su deshonra o la enterrará viva. ¡Qué pésimo es lo que hacen!”. [16:58-59]. Y dice también, en relación al día del ajuste de cuentas (Juicio Final): “Cuando se pregunte a las niñas que fueron enterradas vivas por qué pecado las mataron.” [81:8-9] .Las niñas a partir de entonces se convierten en niñas de plenos derechos, se les dio el derecho a ser criadas, amadas y a ser enseñadas, recordemos que la que se considera como la primer universidad del mundo la fundó una musulmana Fátima AlFihriya, las mujeres podían opinar en los asuntos de la comunidad, podían elegir con quien casarse, podían disponer de sus vidas con libertad. Esta igualdad queda plasmada en una acción del profeta Muhammad (la paz sea con él) que estaba sentado con un grupo de hombres, entonces vino el hijo de uno de ellos y el padre lo sentó sobre su pierna, luego vino su hija, pero el padre le ordenó que se fuera, el profeta (la paz sea con él) desaprobó esto y le dijo a aquel hombre: Se justo para con tus hijos”.


Recordemos que aún hoy en día, en algunos países, se siguen aplicando tradiciones e incluso leyes en contra de las mujeres, que son vistas como seres inferiores, y a los que hay que alimentar para que otro hombre se las lleve, algunos las asesinan en nombre de un “honor” que perdieron, no cuando la mujer cometió o no el delito, sino cuando el padre se rebaja a asesinar a sangre de su sangre. “Cierto es que las mujeres son compañeras de los hombres” dijo el profeta Muhammad (la paz sea con él), cuyas últimas palabras fueron, entre otras, “Cuidad de vuestras mujeres”. Que nadie levante la espada contra la mujer en nombre del islam, porque la espada se volverá contra él.