La planificación previa a la construcción de un edificio es un proceso en el que no puede dejarse escapar el más mínimo detalle, ya que puede originar desastres llamativos que van desde lo cómico a lo peligroso, muy difíciles de arreglar y que en ocasiones quedaán durante años para escarnio y vergüenza de la persona que cometió el error.
1. El rascacielos que estuvo apunto de destruir Manhattan
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-- > Ni Godzilla, ni Galactus, ni un desastre natural. Manhattan podía haber sido borrada del mapa por un sólo edificio: la torre Citicorp.
Una vez construído este enorme rascacielos, se descubrió que no podría soportar vientos de más de 112 km/h. Como si de una película se tratase, se acercaba el huracán “Ella”.
El edificio amenazaba con caerse y provocar un demoledor efecto dominó en los edificios colindantes. Las reformas oportunas se llevaron a cabo de noche y en la clandestinidad para no generar alarma social y, afortunadamente, parece que han surtido efecto.
2. La obra más polémica de Calatrava (que ya es decir)
-- > Santiago Calatrava es uno de los arquitectos más conocidos del mundo, pero su obra siempre está envuelta en polémica por sus sobrecostes y sus errores de funcionalidad.
Es el caso del Palacio de las Artes de Valencia, que costó 478 millones de euros y cuya fachada empezó a agrietarse, desprendese y abombarse tan sólo siete años después de su inauguración. Uno de los mayores descalabros de este polémico arquitecto.
3. El puente más absurdo del mundo
> Una auténtica obra que deja sin palabras. ¿Cómo pudieron construir el Pont del Riuet, en la localidad mallorquina de Porto Cristo, sin darse cuenta que de prácticamente se estaban metiendo en las viviendas de la gente?
La chapuza es tan grande y tan absurda, que varios años después seguía habiendo gente que no pudo abrir las ventanas de sus viviendas hasta su demolición hace unos años.
4. El gigantesco hotel inacabado de Pyongyang
-- > Tras 27 años de construcción, es el hotel inacabado más grande del mundo. En principio iba a suponer un símbolo del poderío econonómico del régimen Juche de Corea del Norte, pero tras tres años de construcción, las obras se paralizaron por falta de fondos. 
5. Las ventanas que caían al vacío a 70 km/h
El edificio John Hancock de Boston fue muy innovador y revolucionario en la década de los 70. Sin embargo, un error de cálculo no previó que los cristales empezarían a caer unos meses después. Como solución de emergencia, se sustituyeron por paneles de madera.
6. El ascensor que no lleva a ninguna parte
Pese a la ausencia de un edificio que lo contenga, este ascensor se ha hecho muy famoso en la isla de Mallorca. Pertenece al complejo de Palma Arena y, cuando lo hicieron, a nadie pareció que le sorprendiera que no había un edificio alrededor.
7. Cuando un “fail” te hace famoso y atrae millones de turistas al año
-- > Quién le iba a decir al arquitecto encargado de diseñar la torre inclinada más famosa del mundo que se le recordaría más por un error que por sus aciertos.
Los débiles cimientos han inclinado esta torre a lo largo de la historia, fascinando a turistas y trayendo de cabeza a las autoridades que han tenido que hacer varios ingenios y reformas para que la torre no se acabara cayendo.
La torre inclinada de Pisa, probablemente el “fail” más mítico de la historia de la arquitectura.
8. El edificio que quema las cosas que tiene enfrente
Sí, el edificio pirómano existe y se encuentra en Londres. Es conocido como el “walkie talkie” y los cristales de sus ventanas generan un potente efecto lupa cuando le da el Sol capaz de calcinar cualquier cosa que se encuentre en su camino: desde deshacer parcialmente el retrovisor de un coche hasta freír un huevo. 
9. El bloque de pisos que se vino abajo como una ficha de dominó
Este edificio de 13 pisos cayó en Shanghai de una manera muy peculiar, no hacia abajo, como en un derrumbamiento, sino de lado, como una plancha, dejando esta llamativa estampa. 
10. El edificio que hace tanto ruido que no deja dormir a todo un vecindario
La torre Beetham, situada en la ciudad de Manchester, tiene revolucionado a todo un vecindario. Y no por motivos estéticos, o por gentrificación.
Resulta que la aleta superior del edifico emite una vibración cuando hace viento, que produce un molesto ruido por el que el arquitecto Ian Simpson se ha disculpado, pero que no sabe como solucionar.
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