Lo que más recuerdo de mi primera entrevista laboral fue todo lo que pasó “antes de”. Mis papás, mis amigos y mis maestros me daban sermones horribles de lo que debía y no debía hacer. Al final todo se trata de impresionar, y vaya que hay gente que le echa ganitas.
Es todo un arte lo que sucede en esa oficina o salón de juntas mientras te hacen preguntas rarísimas, y ni hablar de los exámenes psicométricos. Nunca superé la pregunta de “¿Con frecuencia sientes que alguien te persigue en la calle?” o una peor, “¿Tienes pensamientos recurrentes de asesinato o un crimen mayor?”. ¿Quién, (contéstenme si lo han hecho) en su sano juicio reponde que sí?
Lo peor es que ese tema de enviar solicitudes, hacer evaluaciones y todo el proceso de reclutamiento resulta ser una broma entre los que ya trabajan en el lugar. Mejor no les cuento sobre los CV’s que han llegado a mis manos.
Dada la relevancia de lo anterior, mi experiencia como entrevistadora y entrevistada, les comparto lo que sí y no debes hacer:
NO
No llegues tarde, y si lo haces, por favor no digas que la puntualidad es una de tus cualidades.
No lleves a tu mamá (a nadie). Aunque no lo crean, lo he visto. Al final la señora termina haciendo más preguntas. Terminamos contratando a la mamá.
Sabemos que estás emocionado, que quizá quien te entrevista no sabe nada del tema, pero no lo interrumpas. Tú tranquila, ya habrá momento para responder y dar tus comentarios.
No te vistas como si fueras a una fiesta. Digo, hay que ir presentables pero el vestido cortitito y los tacones del 12 dejémoslo para después.
Para nada asumas que te van a correr antes de que te contraten. Generalmente los nervios hacen que nos bloqueemos y si nos equivocamos tantito, ya nos desanimamos. No pasa nada.
No llegues preguntando cuánto vas a ganar. Esto es tan común, sobre todo en los que van saliendo de la Universidad. Por estrategia, ese tema siempre se tocará al último.
SÍ
Preocúpate por saber –mínimo—a dónde vas a pedir trabajo. Si llegaste ahí porque “Chuchito” te dijo, pero no sabes ni qué es, olvídalo.
Siempre lleva un documento contigo, ese documento es el Currículum Vitae. No sé por qué, pero aunque tengas una página llena de tu nombre y tu experiencia en la web, terminarán pidiéndote el documento impreso.
Claro, preséntalo en forma y limpio. Folder y todo.
Cuida el lenguaje no verbal. No todo es lo que dices; también cuenta cómo te sientas o te paras, qué haces con tus manos. ¿Te muerdes las uñas? Contrólate.
Confía en ti y en lo que sabes, eso te dará congruencia y seguridad.
Siéntete en la libertad de decir que no sabes, si no sabes.
Lo que te importa es el trabajo, no las vacaciones, ni los días libres, ni las prestaciones. Así que primero lo primero.
Esas son las recomendaciones principales. Por supuesto que hay muchas más, pero con estas sobrevives. Cuando estés en el momento de la verdad, repite esto en tu cabeza:
“Estoy en la oportunidad, lo peor que puede pasar es que tenga que buscar otra”.
via Taringa.net - �ltimos posts http://ift.tt/1LU8WvP
No hay comentarios:
Publicar un comentario