Había permanecido al menos setenta años enterrada, oculta pero aún activa. La bomba lanzada por los Aliados, probablemente en 1944, en la localidad de Euskirchen, cerca de Bonn, en el oeste de Alemania, no detonó entonces, quedando después sepultada por tierra y escombros, hasta que el pasado viernes el operario de una excavadora que trabajaba en una obra en el lugar inadvertido de la bomba la hizo estallar sin querer al impactarla con la máquina, muriendo en el acto. Es la última y trágica víctima de una guerra devastadora, setenta años después de haber concluido.
El operario de una excavadora murió el pasado viernes cerca de Bonn tras activar una bomba enterrada desde la Segunda Guerra Mundial durante las labores de desescombro para una nueva construcción.
La explosión que se oyó a una distancia de 26 km hirió a otras ocho personas y sacudió los edificios adyacentes haciendo añicos sus ventanas. En los últimos años han aparecido ya otros restos de explosivos de la Segunda Guerra Mundial en Alemania pero en muy pocas ocasiones acabaron explotando causando la muerte de personas.
Bomba desmantelada en Diciembre de 2013, similar a la que estalló en Bonn, Alemania
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