EUROPA
“Esos jóvenes son un peligro para la democracia”
Algunos jóvenes musulmanes en Francia se crearon una nueva identidad, una especie de “islamismo reciclado” con características violentas, antisemitas, misóginas y homofóbicas, dice la escritora Gila Lustiger.
Jasper Barenberg: Usted es escritora y participó ayer de una manifestación en la Plaza de la República de París en protesta contra los atentados a la revista Charlie Hebdo. ¿Piensa que sus conciudadanos cumplieron con el llamamiento de solidaridad del presidente Hollande?
Gila Lustiger: En la Plaza de la República todos portaban carteles que decían “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie), simplemente para decir que con este atentado se ataca la libertad de expresión y la democracia en Francia. Luego de estar en la Plaza de la República fui a los barrios de mayoría musulmana, y no creo que los musulmanes en lugares como Barbes, por ejemplo, aprueben este atentado, sin embargo, no vi esos carteles en los barrios en los que estuve, y pienso que eso fue porque los musulmanes tienen miedo de los islamistas.
Y en los próximos días habrá manifestaciones masivas, y está por verse si también marcharán los musulmanes, pero creo que deberían hacerlo. El problema aquí es que hay radicales de derecha que ganan cada vez más votos, y si los musulmanes en Francia no salen ahora a la calle y se solidarizan con la democracia y los valores franceses, y siguen teniendo miedo de los salafistas y yihadistas, si no se solidarizan, entonces Marine Le Pen y el Frente Nacional seguirán cosechando votos. Ese es el drama y el peligro que amenaza a Francia.
Jasper Barenberg: Es decir, que le preocupa que se produzca una división aún mayor dentro de la sociedad francesa.
Sí, ¡por supuesto! ¡Por supuesto! Ese es el peligro que se corre.
“Antisemitas, violentos, misóginos”
¿Qué impresiones pudo recoger en los lugares en los que, según dice, vive una mayoría musulmana, probablemente con trasfondo inmigratorio?
Dentro de algunas semanas aparecerá mi nuevo libro, basado en dos años de investigaciones. En esos dos años estuve en pequeñas ciudades industriales, recorrí los barrios de las afueras de París, donde hay una alta tasa de desempleo, fui a ciudades de mayoría inmigratoria, hablé con la Policía, con politólogos, delincuentes, sociólogos, trabajadores sociales y salafistas.
Y el perfil de estos salafistas en siempre el mismo, y eso es precisamente lo peligroso. Se trata de hombres jóvenes, desempleados, con una alta predisposición a la violencia. Sus padres llegaron del Magreb o de África, pero ellos nacieron y se educaron en Francia.
Sin embargo, no se sienten en casa aquí, están frustrados, y se construyeron una nueva identidad, una especie de “islam reciclado” con características muy violentas, antisemitas, misóginas y homófobas, y esos hombres son un peligro para la democracia. No porque sean mayoría. La mayoría de los musulmanes aquí en Francia viven con gusto en democracia. Esos musulmanes, sin embargo, un peligro justamente porque son muy violentos.
“La sociedad civil debe condenar el fundamentalismo islámico”
Marine Le Pen y el Frente Nacional (FN) hacen política con el miedo al islam, el miedo a los extranjeros, y celebra un éxito electoral detrás del otro. La reacción de Francia en este momento es de duelo e indignación.
¿En qué dirección debería, según usted, seguir expresándose esa indignación para que no se convierta en más agua para los molinos del Frente Nacional?
Los musulmanes en Francia, y también la izquierda y la derecha, es decir, la sociedad civil, debe condenar el fundamentalismo islámico. El islam no es sinónimo de islamismo. Además del islam como religión existen el islamismo radical, el salafismo y el yihadismo.
Y esa diferenciación entre islam e islamismo es la que deben hacer los musulmanes, pero no solo ellos, sino también la sociedad civil en su conjunto, y se debe condenar el islamismo radical y también combatirlo. Hay que encontrar soluciones para que esos jóvenes frustrados no dividan a la sociedad francesa. Lo que están haciendo es terrible.
“El Frente Nacional ha ganado muchos votos”
¿Cómo cree que reaccionarán quienes ya antes de este atentado pensaban que el islam representa un peligro y que hoy ven confirmadas sus ideas de un modo tan cruento?
¿Se refiere al electorado del Frente Nacional? El FN ha obtenido muchos votos porque, en realidad, la izquierda, es decir el gobierno, y también la derecha, no hicieron esa diferenciación entre islam e islamismo, por miedo a que se los considere racistas. Y en tanto eso no suceda, Marine Le Pen seguirá ganando adeptos. Le doy un ejemplo: la nueva novela de Michel Houellebecq.
Sí, “Sumisión”, que llegó ayer (6/1/2015) a las librerías francesas.
Sí, y le digo por qué me parece tan fantástica. Michel Houellebecq describe una realidad que yo he visto en las afueras de París. Y le hablo de Créteil, de Sarcelles, de Saint Denis, donde estuve.
Allí, por ejemplo, si una mujer joven sale a pasear vestida con una blusa con escote y una falda corta –no hablo de una minifalda, sino de una falda a la altura de la rodilla- es hostigada. Los musulmanes que viven allí piensan que debe vestirse de manera recatada, que se debe cubrir el cabello. Eso es una realidad hoy en Francia, ¡y no puede ser!
Gila Lustiger, German author living in Paris © Dan Porges
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