Desde su origen en la última dictadura militar la deuda pública argentina –incluyendo la deuda intraestado, a la ANSES y el Banco Central-, sigue creciendo y se calcula que hoy llega a los 300 mil millones de dólares
La Deuda Pública argentina es una deuda ilegítima contraída durante la última dictadura militar que benefició a más de 180 empresas por la estatización de sus pasivos, como Pérez Companc y el Grupo Macri. Asimismo, la Justicia en el año 2000 comprobó más de 470 irregularidades en los préstamos, por lo cual también es fraudulenta. El ex ministro de Economía de Alfonsín Bernardo Grinspun fue el único que empezó a investigarla, pero el resto de los gobiernos la avaló refinanciándola. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner mantiene la regla y se enorgullece de haber pagado desde 2003 hasta ahora 173.733 millones de dólares de deuda pública. Ahora bien, si en 2003 se debían 175 mil millones de dólares ¿por qué hoy -según cifras oficiales- debemos 197.500 millones?
Dicen los estudiosos de la deuda que la información oficial es tendenciosa y faltan datos desagregados. Uno de ellos, el licenciado Héctor Luis Giuliano, afirma que para aproximarse a un número más real que el que tiene Cristina hay que sumarle lo que está en manos de los bonistas que no entraron en el canje –los famosos holdouts- (11.481 millones); los intereses a pagar a futuro por esa deuda hasta 2045 (72 mil millones); la capitalización de intereses (1.100 millones); la indexación de la deuda en pesos; los cupones ligados al PBI (se estiman en 16 mil millones). “Si le sumamos todo esto, la deuda asciende a aproximadamente 300 mil millones de dólares”, calcula Giuliano, autor de varios libros sobre el tema.
Pagamos deuda con deuda
“En realidad el país no cancela deuda, porque va refinanciando la totalidad de todos los vencimientos de capital que se le presentan; además, contrae más deuda con los organismos multilaterales de crédito, como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a los que se les deben 18.334.606 millones de dólares”, explica Giuliano. Así fue que el año pasado la deuda aumentó 18.800 millones de dólares por créditos para financiar obra pública y para cubrir el déficit fiscal, dado que cada vez tenemos menos reservas.
En el recuadro puede verse cómo año a año la deuda pública siguió creciendo entre 2003 y 2013. En los últimos años la historia es más o menos así: entre 2001 y 2003 se emitieron bonos públicos por 31 mil millones de dólares para compensar la pesificación de la deuda. Después, hubo un canje en 2005 y otro en 2010 que “no significaron una reducción de la deuda, porque se hizo una quita que en promedio fue de un 43 por ciento pero a los acreedores les entregaron cupones ligados al Producto Bruto Interno por el valor del 48 por ciento, con lo cual compensaron totalmente la quita”, sostiene este especialista.
La trampa del interés
De los 300 mil millones que se calculan, lo que el país va pagando son los intereses, que hoy significan 11 mil millones de dólares anuales en efectivo, -más de 30 millones por día -, y en 2014 pagaremos 12.200 mil millones de dólares.
Por todo esto, Giuliano sostiene que la deuda es un sistema y en tanto tal, se rige por una lógica, que es la de la usura. “Usura es cobrar una alta tasa de interés, pero además consiste en que el acreedor condena al deudor a que nunca deje de pagarle; vivimos pagando intereses”.
La deuda se transfiere al pueblo
Un 13 por ciento de la deuda está compuesto de préstamos con organismos multilaterales (BM, BID, Corporación Andina de Fomento) y hoy el 58 por ciento del total de la deuda pública es deuda intraestado. Los principales acreedores son el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, el Banco Central (presta reservas) y el Banco Nación (compra títulos públicos); en lugar de realizar inversiones “todo el aparato financiero del Estado sostiene los pagos de la deuda pública”, dice el licenciado Giuliano. Para este especialista el Gobierno está dentro de un círculo vicioso: “Cada vez debemos más y el Banco Central debe emitir más dinero -generando inflación- para reponer las reservas. Así, por pagar deuda nunca va a tener capitalizaciones”.
En el ámbito privado, si un deudor y el acreedor son la misma persona, se destruye la obligación. “En la deuda intraestado, si bien se descomprime la situación porque no es lo mismo deberle a un acreedor bancario usurario de afuera, se presta la plata que está administrando de terceros, por ejemplo, la plata de los jubilados”, analiza el estudioso de la deuda. Mientras tanto, alrededor de 400 mil adultos mayores siguen reclamando que la Anses ajuste sus haberes.
via Taringa.net - �ltimos posts http://www.taringa.net/posts/noticias/17365039/Deuda-Publica-en-alza-La-mentira-del-desendeudamiento.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario