El hincha de Peñarol siempre cree y por eso está en las buenas y "en las malas mucho más". El problema es que se está acostumbrando a estas últimas, porque el equipo en la cancha no responde al apoyo que tiene de su pueblo.
Llegó Jorge Gonçalves y se renovó la esperanza. "Tito", un hombre de la casa, con apellido ilustre y raza ganadora, llegó en un momento duro, tuvo 15 días para trabajar y poco pudo hacer.
Malos primeros minutos del equipo ante El Tanque, parado con un 4-2-3-1 al que le costó asentarse en la cancha, con el "Canario" Aguiar y Píriz de doble cinco, un tridente de mediopuntas conformado por Estoyanoff, Pacheco y Albín y el juvenil Jonathan Rodríguez como único punta.
El Tanque fue más incisivo en los 20 primeros minutos, hasta que Peñarol emparejó y empezó a manejar la pelota con más acierto que al inicio, en el que había fallado cada pase profundo que había intentado.
Así se acercó con peligro, pasó a dominar al rival y mereció ponerse en ventaja, más que por el despliegue colectivo por el lujo del "Tony" Pacheco a los 23'. Recibió de espaldas al arco, metió un taco con caño incluido, giró (todo en un movimiento) y de zurda acarició la pelota al segundo palo. El vertical se empecinó en sacar la pelota cuando debió haber sido gol. Más que gol: golazo. Pero hasta allí llegó Peñarol.
La velocidad de Santiago Lamanna y Gastón Puerari en la ofensiva de El Tanque, asistidos muy bien por Juan Ignacio Marcarié. Baltasar Silva, en una jugada muy particular, había cometido una infracción de amarilla y por eso "Tito" decidió cambiarlo antes del final de la primera mitad. Eso fue lapidario.
No fue que Silva venía siendo gran figura, pero la variante trastocó todo el colectivo. Entró Mauro Fernández para jugar abierto por izquierda, pasando Emiliano Albín a marcar la punta derecha.
En la segunda mitad el esquema no se tocó, pero bajaron notoriamente los rendimientos individuales. Para colmo, Gonçalves sacó a Pacheco (¿cansado?) y puso a Marcel Novick, dándole la manija del equipo a Luis Aguiar, y no le salió una.
Definitivamente Peñarol perdió peso ofensivo, sin que la velocidad de Fernández y Rodríguez pudiera desequilibrar, y eso hizo crecer a El Tanque, que pudo haberse llevado los tres puntos si una volea monumental de Lamanna iba unos centímetros más abajo.
Debutó "Tito" y poco cambió en Peñarol. El fútbol sigue sin aparecer por lares aurinegros y los puntos se siguen escapando (tiene 6 de 21) como antes. Ya no hay "Tornado" ni "vienTito"
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